
Los publicistas siempre están
dispuestos a decirnos cómo debemos ser buenas madres. Esta foto es
de una publicidad de noviembre 1949 de la revista Selecciones.
Viéndola a la distancia del tiempo nos causa risa y parece demasiado obvia.
Pero debemos pensar que era otra sociedad, la comunicación
publicitaria se establecía de otra forma. Quizá la crítica a los
mensajes publicitarios hizo que éstos debieran estar más
escondidos.
Para que los padres presten atención y
crear la necesidad de consumir cierto producto, en los medios de
comunicación instalan un problema que ellos solucionarían.
Multiplicando el problema por todos los productos para bebés y niños
que quieren vendernos, productos que en muchos casos se contraponen,
que compiten, el resultado es un caos. Creo que debe ser el
momento histórico en que los padres nos sentimos más desconcertados
respecto la crianza de nuestros hijos.
Pero además quiero llamar la atención
sobre cómo los profesionales pediatras, psicólogos, fonoaudiólogos,
etc, etc, colaboran, más o menos ingenuamente, en reforzar este caos.
Pareciera que todos tienen algo que decir sobre cómo se deben criar a los niños, por todos lados hay métodos que seguir al pié de la
letra, hay listas sobre lo que nunca tenemos que hacer... Una de las
últimas notas que leí hablaba de cómo jugar con nuestro hijo
¿Dónde queda el juego si hace falta seguir instructivos dictados
desde una revista? ¿Acaso necesitamos que nos digan cómo jugar, qué
decir, cuánto tiempo, dónde? Parece mentira pero hay quienes creen
que saben todas éstas cosas más que los propios padres. Poco lugar queda a la singularidad de
la familia.
Esta es una de las causas por las que escribo este blog,
para poner una mirada crítica sobre la información que circula en
los medios de comunicación y que repetimos sin saber muy bien
porqué.
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