domingo, 16 de octubre de 2016

Sobre mi participación en el 31º Encuentro Nacional de Mujeres

Foto del acto de apertura del 31º ENM. Desconozco el
nombre del fotógrafo.
Se realizó el Encuentro Nacional de Mujeres, el más numeroso de los 31 encuentros. 70.000 mujeres de todo el país y latinoamérica nos juntamos para debatir y organizarnos. De la marcha que corona el encuentro participamos más de 100.000.
Hace una semana yo había pensado en ir al taller de Mujer y maternidad para hacer una crónica en el blog. Pero más tarde me di cuenta que mi preocupación sobre el problema de la prostitución tiene más que ver con lo que estoy pensando estos días, y principalmente que es una preocupación como madre. Por esto lo más genuino me pareció abocarme a lo que me conmueve actualmente que tiene que ver con la sociedad en la que se va a crecer mi niña.
En Argentina hay quienes impulsan la reglamentación de la prostitución y tomarla como “trabajo sexual” y quienes vienen luchando por la abolición de la prostitución por considerarla directamente como violencia contra las mujeres. Esto se manifestó en el encuentro mediante la separación de manera burocrática de la temática de la prostitución en dos talleres: “mujeres trabajadoras sexuales” y mujer es en situación de prostitución. En los dos casos había mujeres prostituidas o que habían dejado de serlo.
Para tomar una posición a mi me interesa escuchar las partes involucradas, por eso participé un día en cada taller. Si bien me queda mucho por leer y pensar para fundamentar más mi posición, puedo contarles algunas reflexiones.
Los planteos a favor de la reglamentación se basan en argumento que legitiman y naturalizan las desigualdades sociales y de poder entre el hombre y la mujer. En la prostitución la mujer no “ofrece un servicio” sino que se convierte en un objeto de uso. Reglamentar y naturalizar esto degrada las relaciones laborales de las mujeres y del conjunto de los trabajadores, pero también -aún más- el lugar de la mujer en la sociedad.
Abre las puertas a la legitimación de los proxenetas y a la trata de personas. Esto puede verse en los países donde fue reglamentada.
Las mujeres prostituidas son perseguidas por el Estado proxeneta que necesita reprimirlas para seguir lucrando con ellas. No va a dejar de hacerlo mediante la reglamentación sino todo lo contrario, ésta le dará al Estado mayor cantidad de excusas para perseguirlas. El camino es organizarse y luchar contra los códigos contravencionales y la represión policial en todos sus sentidos.
Si bien los que se posicionan a favor de la reglamentación plantean el problema en términos de liberación de la mujer en el fondo es todo lo contrario.
La reglamentación es la legalización de los proxenetas que lucran con el cuerpo de las mujeres. Es la naturalización de que el cuerpo de la mujer es un objeto de uso.
Los derechos de las mujeres prostituidas no van a ser defendidos reglamentando la prostitución sino con la organización independiente del conjunto de mujeres junto a los trabajadores contra el estado proxeneta:
Contra los códigos contravencionales.
Contra la persecución policial y judicial.
Por asistencia en salud y educación libre de prejuicios y estigmas.
Subsidio inmediato igual a la canasta básica.
Acceso a una vivienda para la mujer y sus hijos.
Por todas las reivindicaciones de las mujeres que están pendientes
Como mujeres y madres tenemos que pensar que mundo queremos para nosotros y nuestros hijos y actuar en consecuencia.
Queda mucho por seguir pensando. Sigamos el debate...


También participe con una pequeña muestra de fotos en una de las
facultades donde se realizaban los talleres.

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